En relación con mi artículo sobre el localismo popular ‘pitera’, Blanca Piedrafita comenta en la lista de Tremédica lo siguiente:
Yo nunca había oído [lo de pitera], pero me parece una palabrita de lo más melodiosa. En el Alto Aragón eso es una cuquera, como los agujeritos de donde salen cucos (bichos en general), pero en la cabeza. Mi padre siempre cuenta que tuvo una cuantas en su niñez —¡buena pieza que debía ser!—, y yo misma me llevé algunos puntos. También echo de menos en esa estupenda lista la garrampa, que es un calambre. La tripa hacía mal, no dolía, y no te caías de bruces, sino que te esmorrabas; si no era de bruces, te estozolabas. Aunque esta segunda implica ir de cabeza (tozuelo; y, cabezota, tozolón), y resbalarse es esbarizar.
Cierto, en esa entrega sobre la pitera mencioné únicamente algunos coloquialismos típicos del habla salmantina. Cada región de España tiene los suyos propios, que en conjunto forman un riquísimo acervo de términos médicos populares, hasta ahora solo insuficientemente estudiado e inventariado.
Para el habla altoaragonesa que menciona Piedrafita no sé, pero para la bajoaragonesa sí podríamos echar mano del Glosario de términos utilizados en el Bajo Aragón compilado por Antonio Serrano (y que en su momento recibí por cortesía de Guillem Prats, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona). Si así lo hacemos, encontraremos en él, por ejemplo, términos como borroco (chichón), caganidos (benjamín de una familia numerosa), campar (estar bien de salud), chirnete (herida pequeña), desipela (erisipela), duricia (callosidad), endengue (enfermizo), espelletar (despellejar), foeta o foyeta (nuca), garcho (bizco), millico (ombligo), morrandera (herpes labial), pasia (epidemia), pichar o pijar (orinar), ranclear (cojear), rebiscolar (mejorar de una enfermedad), reglote (eructo), repretar el cuerpo (estar estreñido), sancero (lozano) y sondormir (dormitar).
Fernando A. Navarro